12 junio, 2012

La cortesía inmortal


Allí están otra vez, como cuatro granujas, tramando su plan magistral.
Les es imposible recordar la tertulia que lo desencadenó todo, pero cada día están más convencidos de su genialidad. Khalil asegura que la muerte ha empezado a coquetear con él, que se fija atentamente en sus desvaríos y cruza los dedos anhelando que uno de ellos les una al fin.

Con Timur, en cambio, la dama parece comportarse de forma esquiva y tanto desaire lo ha convertido en una especie de suicida compulsivo. Su mujer lo ha desenrollado a gritos de la pesada alfombra del salón, ha deshecho los nudos de las bolsas transparentes que se pone por máscara y le ha tirado del cuello de la camisa justo antes de que se asomara demasiado al pozo. “¡Maldita vieja!”, escupe con rencor, “no soporta que me interese por otra”.

Mudito hace honor a su apodo, sonríe y ensaya nuevas muecas. Hoy toca practicar la cara de afligido y lo cierto es que con su boca mellada consigue un realismo insuperable.       
         
Y luego están los discursos de Yusuf, el filósofo necrológico, que habla con el aplomo de quien hace exactamente lo que desea hacer. Y no hay nada que desee más que llevar a cabo el plan. Está impaciente por sorprenderla, por esperarla y, cuando ésta le alcance, regalarle su cara más divertida. Al fin y al cabo, esa pobre señora ha sufrido mucho, todos la temen y ya es hora de que alguien tenga un gesto bonito con ella. “Puede que el poder de la muerte abrume a muchos, pero nosotros somos unos caballeros”, sentencia y toquetea calmado la punta de su barba.


Fotógrafa indiscreta: Sam Júdez 

2 comentarios:

Jordi Iglesias Sayol dijo...

Aunque mi favorito es Timur, el que más honor hace a su cara es Mudito xD

¡Genial!

Holga dijo...

¿Jugamos al quién es quién?

Gracias por ser tan indiscreto como Holga!